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La ciudad vieja, Jerusalén
6 oct 2010
El viaje en el avión
Todo salió bien. Después de muchas despedidas, por fin tomé el avión que me llevaría a Atlanta para hacer una escala. Algo no era del todo normal, pero, ¿cómo iba yo a saber eso? El vuelo fue tranquilo. Ofrecieron bebidas y galletas de manera muy amable pero no dieron de cenar. Llegamos a Atlanta sin percance alguno pero en las dos horas de conexión, no tenía asiento asignado para el trayecto Atlanta - Tel Aviv. Después de esperar casi hasta el último y que la empresa pidiera voluntarios para quedarse en Atlanta por haber sobrevendido el vuelo, logré llegar por fin a Israel. Los que me conocen saben que de las 13 horas y media que duró el vuelo, dormí unas 7. En realidad fue un buen vuelo con comida y todo. Llegué a Israel como estaba programado. Me recogió Dafna, mi colega de programa, y esa noche dormí en casa de Arlyn. . .